A los recurrentes reclamos por los bajos precios que reciben por litro de leche fresca y la caída en la recepción en las industrias procesadoras, los productores lecheros sumaron este año la discusión por la necesidad de implementar salvaguardias a la importación de leche en polvo y queso gauda, como una manera de proteger la actividad. Por todo ello, es que Eduardo Schwerter, presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche (Fedeleche) y de la Asociación Gremial de Empresarios Agrícolas de la Provincia de Llanquihue (Agrollanquihue), considera que 2018 fue un año complicado, aunque mira con optimismo lo que sucederá en 2019 al asegurar que “será mejor”.
– ¿Cuál es su evaluación del año pasado?
– Para el sector lechero, el 2018 fue súper complicado. Hace rato que no habíamos vivido un año tan complejo. Veníamos arrastrando algunas eventualidades, como las sequías de 2013 y 2016, pero además pasamos por un buen tiempo de precios deprimidos y la rentabilidad se viene afectando significativamente. En 2018 hubo en general una baja de precios, junto con los niveles de producción que se han mantenido, lo que no ha permitido cifras azules. El sector lechero ha estado bien castigado en este año que pasó.
– ¿Cómo se ha manifestado esta condición?
– El daño es el cierre de lecherías. Primero, la paralización de las inversiones. Porque en el campo para crecer necesitas estar permanentemente invirtiendo, renovando máquinas, mejorando infraestructura, ampliando el plantel ganadero. Por lo tanto, se resintió significativamente la producción. Muchos agricultores tuvieron que cerrar sus lecherías, porque para poder mantener-nos, hemos tenido que incurrir en un alto endeudamiento, esperando que vengan tiempos mejores. Para la agricultura, en general, todos los años no son parejos. En años malos, incurrimos en riesgos adicionales, esperando que vengan años de mejor rentabilidad y así resarcimos de esos costos y pagar nuestro endeudamiento. Eso no ha ocurrido en los últimos años y el nivel de endeudamiento ha subido. Finalmente, muchos agricultores están en un nivel que no les permite enfrentarlo y están disminuyendo su plantel o lisa y llanamente cerrando lecherías.
– ¿En cuántos planteles han tenido que tomar esa decisión?
– Entre 2016 y 2017, fueron aproximadamente 50 lecherías. Y el 2018, otro tanto. Es decir, en los últimos tres años fácilmente han cerrado unas 70 lecherías, sólo en la Provincia de Llanquihue. No llevamos registro de eso, sólo lo sabemos por lo que nos han informado, porque hay otros que cierran y no se identifican.
– ¿Cuál ha sido el destino de esos productores?
– La gran mayoría ha vendido sus planteles, arrienda sus campos o se dedica a la crianza (para carne), que aunque tiene menos ingresos, también es de menores costos. Porque también es más fácil realizar ese sistema productivo.
-¿Como ha golpeado la importación de productos lácteos?
– El fuerte incremento de importaciones de 2017 y también en 2018, ha generado una alta sustitución de producción interna. Uno de cada tres litros que se consumen en Chile, es importado. Ese tercio está siendo reemplazado con producto importado, lo que causa que la industria láctea no genere incentivos a los productores primarios y que podamos autoabastecer y cubrir la demanda interna con producción nacional. Hasta 2014 nos autoabastecíamos. De ahí en más, pasamos a ser importadores netos.
– ¿En qué estado está la solicitud de salvaguardias que presentó Fedeleche?
– Eso lo hicimos en noviembre de 2017 y se abrió la investigación por la Comisión Nacional de Distorsión de Precios, el 8 de marzo de 2018. Su reglamento dice que en un plazo de 90 días, la comisión tendrá que resolver por la materia consultada. Pero estamos en enero de 2019 y todavía no hay respuesta (…). Esto no tiene nombre.
Todos los plazos han pasado y no hay una explicación lógica. No queda más que creer que no están preocupados del sector. Si lo hubiera, ya habría salido un resultado. Hay muy poca seriedad de esta comisión de resolver un tema tan sensible para el sector lácteo, como el fuerte incremento de estas importaciones.
-Si se resuelve a favor, la industria debería salir a comprar leche cruda nacional…
– Evidentemente que al haber menos importaciones, hay un tiraje de la producción nacional. Por ahí vemos el efecto que pudiese tener la medida de salvaguardias.
-¿Cuáles su proyección de foque ocurrirá este año?
– Esperamos que sea mejor, porque el 2018 fue muy complejo. Esperamos que se apruebe el proyecto de ley del etiquetado y que se avance en nuevos proyectos de asociatividad, que debiera darle un plus a los productores, tanto en leche como en carne y otros rubros que se pudieran asociar y formar cooperativas, de tal manera que podamos en conjunto producir y comercializar con un mejor precio, a fin de participar con un mayor grado dentro de la cadena, no sólo como sector primario, sino que avanzar al siguiente eslabón, con un valor agregado. Este es un tema en el que hemos venido trabajando desde hace un buen tiempo. Esperamos que se concreten los proyectos que hay en carpeta.
-¿Cuándo podrían comenzar a visualizarse las cooperativas?
– Esperamos que en 2019 podamos mostrar algún ejemplo concreto. La idea es partir con asociaciones a pequeña escala, que sirvan como pilotos, con posibilidades de crecer.
Fuente: El LLanquihue