«La conectividad digital podría ser como lo fue en su momento la de carácter eléctrico. Toda una estrategia para el desarrollo»

No cabe duda que para nuestra sociedad de hoy en día el acceso a internet se ha vuelto una necesidad fundamental. Tanto así que es muy probable que la competitividad entre países esté dada por la calidad y cobertura de sus redes de transmisión de datos. La necesidad de almacenar una enorme cantidad de información ha obligado a aumentar la capacidad de almacenaje de millones de servidores que conforman lo que hoy llamamos «nube». Es en ese «lugar» donde se está desarrollando la tecnología que cambiará al mundo como el internet de la cosas (IoT) , los blockchain y la inteligencia artificial (IA). Desde el agro vemos como el acceso a dicha tecnología nos podría ayudar mucho más aún en mejorar nuestra competitividad, pero quizás es mucho más relevante verlo como un aspecto fundamental del desarrollo rural del siglo XXI. Así, podríamos facilitar la entrada de sistemas robóticos y de análisis de información, que nos permitirían que el trabajo del campo se haga más fácil y rápido y hacer más atractiva la permanencia para muchas personas que desean vivir, educarse, trabajar y desarrollarse en ellos. Para hacer realidad esta visión, nuestro país debe apostar por facilitar el acceso a la red. En 2018 la penetración de internet en Chile fue de 102 conexiones por cada 100 habitantes. No obstante, sólo un 16% de ellas son conexiones fijas cuya velocidad es mayor que las conexiones móviles y además no hay límite en el consumo de datos, algo fundamental para nuestras aspiraciones. Esto no quiere decir que la movilidad sea mala, todo lo contrario, sino que para el uso de herramientas más potentes se necesitarán anchos de banda superiores. La conectividad digital podría ser vista como lo fue en su momento la conectividad eléctrica. Una estrategia para el desarrollo. A falta de inversión privada los programas de electrificación de los gobiernos regionales y las cooperativas eléctricas permitieron una penetración que hoy supera el 94%. Los objetivos de esos programas fueron disminuir la migración campo-ciudad, fomentar productividad y mejorar calidad de vida y oportunidades de acceso a educación y salud. ¿Acaso no son similares a los de la conectividad digital?

Rodrigo Mardones Barraza.

Gerente de Agrollanquihue A.G