La condición es que se desarrollen sistemas de riego complementarios, en particular en la actuales praderas entre La Araucanía y Los Lagos. 

Las actuales praderas ganaderas que se extienden desde La Araucanía al sur, de aquí a fin de siglo podrían acoger árboles frutales y cultivos agrícola propios de la zona central. «La disminución esperada de lluvias generaría condiciones más parecidas a las de la zona central hoy, con un verano seco y un invierno lluvioso», dice el agrónomo y bioclimatólogo de la U. de Chile Fernando Santibánez, quien lleva más de una década estudiando lo que deparan los cambios climáticos globales para la agricultura en el país.

La menor ocurrencia de lluvias hará más difícil la aparición de hongos que en las actuales condiciones de humedad de la zona imposibilitan el cultivo de muchos productos agrícolas, destaca.

Pero esta mejoría del potencial agrícola estará condicionada, especialmente en las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, por una disponibilidad de agua de riego tal como ocurre hoy en la zona central con la red de canales artificiales existente.

En todo el mundo se espera que las temperaturas más cálidas causadas por el cambio climático disminuyan el contenido de humedad del suelo en los ecosistemas. Esto reducirá la productividad en la regiones secas, pero la aumentará en las regiones húmedas, lo que además influye en una mayor captación de carbono, asegura un estudio liderado por la Academia de Ciencias de Beijing y que publicó la revista Sciencie Advances.

Fuente: El Mercurio