Por Mg. Humberto Salas Jara, Académico de la Universidad Autónoma de Chile

Como es habitual, anualmente la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Autónoma de Chile en conjunto con la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco A.G. hacemos el ejercicio de proyectar económicamente el devenir del agro para la Araucanía y la zona sur.

Es en este contexto, que consideramos fundamental decir que este sector es uno de los rubros más expuestos a las fluctuaciones del tipo de cambio y dado que gran parte de los cultivos ya se realizaron con un dólar bajo, no se vieron alteradas las estructuras de costo para la producción actual. Luego, la cosecha y exportación de granos como por ejemplo raps, trigo y avena, se pueden beneficiar coyunturalmente con el tipo de cambio hoy más alto.

Sin embargo, si el valor de la divisa se mantiene, inevitablemente afectará el costo de los insumos de la próxima temporada, viéndose expuestos desde marzo 2020 a flujos más estrechos. Debemos considerar que en promedio dos tercios de los precios de venta de los diversos cultivos se atribuyen a insumos, esto generaría descalces de caja y se requerirá acceder a financiamiento para capital de trabajo, ya sea en la banca, que hoy ofrece créditos especiales para agricultura con períodos de gracia, o bien, recurrir al financiamiento entregado por los propios proveedores, ambas implicarán asumir costos financieros adicionales.

Carne

En cuanto a la carne, se vislumbra un buen escenario y precio del ganado, aun cuando existe un bajo valor de la reposición de este. No debemos olvidar que la producción local no es suficiente para satisfacer la demanda, importándose gran parte de la carne consumida. También una buena fracción de la carne nacional es exportada a mercados premium, similar al escenario local, donde la demanda es de nicho y ha crecido, presentando un potencial de desarrollo importante especialmente para consumo familiar y en restaurantes. Esta no apunta al mercado masivo satisfecho por la carne importada de menor costo, aquí Brasil es el mayor productor mundial de carne y entra en Chile al mercado masivo, no siendo competencia directa para la producción nacional.

Leche

Podría ser un buen año para la leche, pues las nuevas regulaciones al etiquetado permiten al consumidor acceder a más información respecto al contenido, en consecuencia, se prevé un aumento de la demanda de leche definida como tal. Lo anterior disminuirá malas prácticas en un contexto de precios estables. El desplazamiento de los productores de leche hacia la zona sur podría continuar, siempre en la búsqueda de eficiencia en mejores praderas de pastoreo.

Por último, la coyuntura relacionada con probables rigidez en el mercado laboral para la agricultura este nuevo año, podría incentivar en buena parte a las empresas con capacidad de inversión a evaluar proyectos que permitan la automatización, mecanización y robotización de los procesos, esto permite en gran medida respetar los ciclos biológicos propios del rubro y generar economías de escala.

En la pequeña agricultura, que es más atomizada, se fortalecería la actividad familiar y la asociatividad entre pequeños productores.

Con todo se visualiza una agricultura estable para el 2020, considerando las variables estrictamente económicas, toda vez que es un sector muy sensible a fenómenos climáticos, disponibilidad de agua y a variables externas que podrían influir en su performace.

 

Fuente: Campo Sureño