El informe Perspectivas alimentarias analiza la oferta y la demanda mundiales de los principales productos alimentarios.

11 de junio de 2020, Roma – Los mercados alimentarios se enfrentarán a muchos más meses de incertidumbre debido a la COVID-19, pero es probable que el sector agroalimentario muestre más resiliencia ante la crisis de la pandemia que otros sectores, según un nuevo informe publicado hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El informe «Perspectivas alimentarias» ofrece previsiones iniciales sobre las tendencias de la producción y el mercado en 2020-2021 para los productos alimentarios más comercializados del mundo: cereales, cultivos oleaginosos, carne, productos lácteos, pescado y azúcar.

«Las consecuencias de la pandemia de COVID-19 se han dejado sentir -en diversos niveles- en todos los sectores alimentarios evaluados por la FAO. Si bien la COVID-19 ha supuesto una grave amenaza para la seguridad alimentaria, en general, nuestro análisis muestra que, desde la perspectiva global, los mercados de productos agrícolas están demostrando ser más resilentes a la pandemia que muchos otros sectores. Dicho esto, debido a la magnitud del desafío y a la enorme incertidumbre que plantea, la comunidad internacional debe permanecer vigilante y preparada para reaccionar, si hace falta y cuando sea necesario», aseguró Boubaker Ben-Belhassen, Director de la División de Comercio y Mercados de la FAO.

Principales tendencias y perspectivas de los principales productos alimentarios en 2020/21

Cereales

A pesar de los dilemas que plantea la pandemia, los pronósticos iniciales de la FAO para la temporada 2020/21 apuntan a una situación holgada de oferta y demanda de cereales. Las primeras perspectivas sugieren que la producción mundial de cereales en 2020 superará el récord del año anterior en un 2,6 por ciento.

Se prevé que el comercio mundial de cereales en 2020/21 se sitúe en 433 millones de toneladas, lo que supone, con respecto a 2019/20, un aumento del 2,2 por ciento (9,4 millones de toneladas) y un nuevo récord, impulsado por la expansión prevista del comercio de todos los principales cereales.

Carne

La producción total de carne en el mundo disminuirá en un 1,7 por ciento en 2020, debido a las enfermedades de los animales, las perturbaciones del mercado relacionadas con COVID-19 y los efectos persistentes de las sequías, según las previsiones.

Es probable que el comercio internacional de carne registre un crecimiento moderado -pero considerablemente más lento que en 2019-, sostenido en gran medida por las voluminosas importaciones de China.

Los precios internacionales de la carne han bajado un 8,6 por ciento desde enero de 2020, con la caída más pronunciada en la carne de ovino, seguida de la de aves de corral, cerdo y bovino, debido a los efectos de las medidas relacionadas con COVID-19, incluidas las consiguientes dificultades logísticas, el fuerte descenso de la demanda mundial de importaciones y los grandes volúmenes de productos cárnicos sin vender.

Pescado

La pandemia de COVID-19 seguirá afectando en gran medida a los mercados de alimentos marinos, en particular este año a productos frescos y las especies populares en restaurantes. Por el lado de la oferta, las flotas pesqueras están paradas y los productores acuícolas han reducido drásticamente los objetivos de repoblación de peces.

Se prevé que la pandemia afecte fuertemente, en particular, a la producción mundial de camarones y salmones. La temporada de cría de camarones en Asia -que por lo general comienza en abril-, se ha retrasado hasta junio/julio. En la India, por ejemplo, se estima que la producción de camarones cultivados disminuya entre un 30 y un 40 por ciento.

Asimismo, la demanda mundial de camarones frescos y congelados está disminuyendo notablemente, mientras que se espera que la demanda de salmón se contraiga por lo menos un 15 por ciento en 2020. Las ventas al por menor, en particular, de salmón y trucha frescos se han reducido fuertemente, y esta situación no se recuperará durante algún tiempo.

Azúcar

La producción mundial de azúcar en 2019-2020 disminuirá por segundo año consecutivo y se situará por debajo del nivel estimado de consumo mundial, por primera vez en tres años.

Las previsiones indican además un aumento del comercio de azúcar, sostenido por los bajos precios y la reconstitución de las existencias en algunos países importadores tradicionales.

Hasta ahora, la previsión de un déficit de producción mundial de azúcar para la campaña 2019/20 no ha contribuido mucho a sostener sus precios internacionales, que han estado bajando desde mediados de 2017, y se sitúan por debajo de los costes de producción estimados para la gran mayoría de los productores mundiales.

Leche

A pesar de las perturbaciones en el mercado causadas por la pandemia de COVID-19, la producción mundial de leche se muestra resiliente, creciendo potencialmente un 0,8 por ciento en 2020. Sin embargo, se prevé que las exportaciones mundiales de productos lácteos se contraigan en un 4 por ciento, en medio de una demanda de importación fluctuante.

Cultivos oleaginosos

A pesar de las menores perspectivas de demanda asociadas -entre otros factores-, a la pandemia, las últimas previsiones de la FAO para las semillas oleaginosas y sus productos derivados en 2019/20 apuntan a una situación de menor oferta y demanda a nivel mundial, provocada por una marcada contracción de la producción.

Las previsiones provisionales para 2020/21 indican una cierta escasez de suministros en relación a la demanda.

COVID-19: ¿De una crisis sanitaria mundial a una crisis alimentaria mundial?

El informe incluye una sección especial en el que se compara la actual crisis sanitaria de la COVID-19 con la crisis alimentaria de 2007-2009, identificando diferencias y similitudes entre los países y productos alimentarios, y donde se examinan los efectos actuales y probables de la pandemia, centrándose en los mercados internacionales de alimentos.

También ofrece indicadores sobre cómo volver a la normalidad en el funcionamiento de los mercados, incluso si las tasas de contagio siguen sin controlarse.

En este análisis se llega a la conclusión de que, en comparación con la crisis global de los precios de los alimentos de 2007-2008, el mundo se encuentra ahora en situación mejor, ya que las perspectivas de la producción mundial de alimentos son positivas, las existencias elevadas, los precios internacionales son bajos y el comercio cuenta con una base más amplia, con más países importadores y exportadores. Además, los responsables de la formulación de políticas tienen ahora más experiencia para hacer frente a las crisis mundiales, así como más información y preparación.

Sin embargo, aunque en el mundo hay alimentos suficientes para todos, la fuerte contracción del crecimiento económico debida a la pandemia se ha traducido en un problema de acceso, limitando la capacidad de la población de obtener alimentos suficientes o suficientemente nutritivos, sobre todo en los países que ya se veían afectados por el hambre y otras crisis incluso antes de la aparición de la COVID-19.

El índice de precios de los alimentos de la FAO se renueva

En el informe se anuncian mejoras en los índices de precios de los alimentos de la FAO en particular en el índice de carácter mensual (FPI, por sus siglas en inglés), que cuenta con amplio reconocimiento como uno de los principales indicadores de la evolución de los precios en los mercados alimentarios internacionales, y se publica el primer jueves de cada mes. Las revisiones del FPI incluyen su reajuste, de 2002-2004 a 2014-2016, y la ampliación de su cobertura, de 73 a 95 cotizaciones de precios. La FAO comenzará a publicar esta nueva versión del índice a partir de julio.

Fuente: FAO