PROYECTO DE LEY. Iniciativa sigue en discusión parlamentaria, pero ha generado inquietud en gremios. En los gremios no se oponen, aunque esperan que haya flexibilidad y que se aplique con gradualidad. El seremi del Trabajo llamó a la tranquilidad.

En el Congreso está radicado un proyecto de ley para reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, que cuenta con el impulso del gobierno del Presidente, Gabriel Boric, a través del Ministerio del Trabajo.

La propuesta ha despertado reacciones en varios actores por los efectos que tendría en los costos y competitividad. Uno de ellos fue la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), cuyo presidente Cristián Allendes, ha argumentado que -en el caso del sector lechero- los costos se verán incrementados, al tener que contratar más trabajadores.

Eduardo Schwerter, presidente de la Asociación de Empresarios Agrícolas de la Provincia de Llanquihue (Agrollanquihue), compartió esa aprensión, aunque especificó que la posición del gremio local no está en contra de esa iniciativa legal. Sin embargo, determinó que debería aplicarse en forma diferenciada, de acuerdo a las singularidades de cada actividad productiva, así como en forma gradual. En el caso de la lechería, propuso un plazo de ocho años.

Schwerter admitió que este cambio generará trastornos en la actividad agrícola y particularmente en la lechería. «Trabajamos con animales vivos. Hay que hacer ordeña los 365 días del año, evidentemente con los reemplazos correspondientes (por turnos y descansos) de nuestro personal. Reducir la jornada laboral va a acrecentar esa problemática. Al menos en la primera etapa, va a atentar contra la productividad, la rentabilidad», definió.

Descartó que esos mayores costos puedan ser traspasados al consumidor final, por cuanto «los agricultores no tenemos injerencia en la determinación de los precios de nuestros productos. Vendemos la leche al valor que fija la industria y no necesariamente de acuerdo a los costos de producción. Nunca ha sido así. Este es un costo que vanos a asumir los agricultores, de frentón».

En cuanto a los costos, aventuró que se verán incrementados «porque se debe agregar más gente a la planilla. Especialmente en los campos, porque una gran mayoría vive en los mismos predios. Por lo tanto, si traes una nueva familia hay que hacer otra casa y entregar las condiciones de vivienda».

El líder gremial reveló que es difícil encontrar mano de obra interesada en esas labores y que la que está disponible, debe ser capacitada.

 

PARTICULARIDADES

Para Schwerter «no se está considerando las particularidades de los sectores productivos, sobre todo de la agricultura y la actividad ganadera».

Por ello es que planteó dar flexibilidad a la norma. «Si vamos a bajar de 45 a 40 horas la jornada laboral y la mantenemos rígida, como está ahora, es más complejo de poder entrar en esos parámetros. Tiene que haber estudios más profundos y con claros avances hacia la flexibilidad laboral», dijo.

De acuerdo al presidente de Agrollanquihue, lo ideal es que esta reducción de la jornada laboral se aplique en forma gradual que, para el caso de la lechería, «debería ser de al menos ocho años, que permita avanzar en la capacitación de nuestro personal y despertar el interés por ir a trabajar a los campos. Eso no es de la noche a la mañana, así que el concepto de gradualidad es muy importante».

 

GESTIONES

El productor puertovarino admitió que no han tenido acercamientos con parlamentarios de la zona para expresar sus aportes a esta discusión legislativa, en la que esperan tener espacio con ese fin.

Lo anterior fue confirmado por Marcos Winkler, presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche (Fedeleche), quien puntualizó que no es nueva la solicitud del sector para aportar con indicaciones al proyecto «que no incluye a la agricultura como estilo de trabajo».

Reclamó que «hace mucho tiempo estamos pidiendo que se nos escuche. Lamentablemente, no ha sido así».

El empresario agrícola y productor lechero de Osorno evidenció que recibirían con mucho interés una invitación a exponer en la Comisión de Trabajo del Senado (donde hoy está el proyecto), «pero no nos han dado el espacio (…). Cualquier instancia donde podamos manifestar y explicar, siempre va a ser bienvenida. Vamos a utilizar todas las vías necesarias para eso».

Respecto a la iniciativa legal, Winkler insistió en que no estaría atendiendo las variables que inciden en la actividad productiva lechera. «Una disminución de las horas laborales, sin haber tomado en cuenta los sistemas productivos, es bastante complicado».

El timonel de Fedeleche planteó que es necesario tomar en cuenta la realidad de la pequeña ganadería familiar campesina, «agricultores que no tienen mano de obra suficiente para hacer todo. Realmente, se les complica mucho», a diferencia de un agricultor de mayor tamaño, «que tiene espalda económica y un sistema de contratación de personal más o menos armado, en el que se puede ajustar ese horario».

 

REALIDAD PARTICULAR

El proyecto ingresó el 8 de marzo de 2017 al Congreso, mediante el Boletín N°11179-13, firmado por la diputada Karol Cariola (PC). A más de cuatro años de eso, la iniciativa cumplió en noviembre de 2021 su primer trámite constitucional en la Cámara de Diputados y se trasladó a la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado, de la que forma parte el senador Iván Moreira (UDI).

Sobre esta propuesta, el legislador por la Región de Los Lagos comentó que «exige una discusión profunda, porque la reducción tiene efectos sobre el empleo y debe contener gradualidad y flexibilidad».

Moreira agregó que además deben ser consideradas las realidades locales y particulares «como ocurre con la industria lechera, tan relevante para nuestra región».

Respecto a la posibilidad de establecer jornadas laborales especiales, Moreira dijo que «sólo son una solución parcial e incompleta, ya que requieren autorización de la Dirección del Trabajo». En su lugar, el parlamentario de la UDI insistió en «buscar una regulación independiente para esta industria (lechera), como existe para los futbolistas o gente de mar, que respete las características y tiempos particulares de tan noble tarea».

Al finalizar, recordó un comentario que recibió de un dirigente del agro que no identificó: «No es lo ideal este proyecto, pero en el campo se arregla la montura».

Anunció que en los próximos días debería surgir una posición institucional de las agrupaciones de la agricultura.

 

MAYORÍA DE OPOSICIÓN

Sin embargo, se especula que la propuesta podría encontrar un obstáculo en esa comisión de la Cámara Alta, en la que la oposición es mayoría, con el senador Luciano Cruz-Coke (Evópoli), como presidente; y sus miembros Rodrigo Galilea (RN) e Iván Moreira (UDI). Los otros integrantes son Loreto Carvajal (PPD) y Gastón Saavedra (PS). Desde ya, se ha solicitado no precipitar su discusión, como dijo el propio Moreira a radio Biobío; y hasta han pedido cautela y que no haya celeridad.

La gradualidad será parte de ese análisis. Se habla de un plazo de hasta seis años para implementar la nueva jornada laboral, lo que beneficiaría a las pequeñas empresas.

 

MESA TRIPARTITA

El secretado regional ministerial (seremi) del Trabajo, Ángel Cabrera, le restó dramatismo a los efectos que podría generar esta iniciativa, ya que -según aseguró- en conversaciones con representantes de empresas del sector silvoagropecuario le han evidenciado que «es un avance la rebaja a 40 horas de la jornada laboral». La misma posición, añadió, han manifestado ejecutivos del rubro acuícola, de la construcción y del turismo.

«Estarnos en una sociedad en la que el buen vivir y la calidad del tiempo libre, no sólo la cantidad, que se pasa con la familia es muy importante. Ellos consideran que el adecuado descanso también forma parte de la producción. Eso me lo han hecho saber», explicó.

Cabrera admitió que «puede haber algunos productores que estén preocupados. No he hablado con ellos». Sin embargo, precisó que se trata de una propuesta que está en proceso de desarrollo, que está siendo analizada con distintos actores en el Consejo Superior Laboral, organismo consultivo compuesto por el gobierno, empresarios y trabajadores.

«Es un proyecto que todavía no está diseñado. No hay todavía una definición. Hay que llamar a la tranquilidad, a esperar los anuncios en ese sentido; en el fondo, esperar el proyecto de ley para plantear esas inquietudes, porque de momento todavía hay una mesa de trabajo que está conversando sobre su implementación, su gradualidad», puntualizó.

El seremi del Trabajo remarcó que el gobierno ha sostenido que cualquier modificación será sometida al diálogo tanto con trabajadores y representantes de los sectores productivos «en el que debe haber un consenso».

Respecto de los temores expresados desde la micro y pequeña empresa, en cuanto a que no les será posible sostener ese régimen laboral, el seremi Cabrera expuso que su implementación «tiene que ser con gradualidad, con responsabilidad y legitimidad social, que la va a dar esta conversación tripartita en el Consejo Superior Laboral».

 

MESA TÉCNICA

De su lado, la seremi de Agricultura, Tania Salas, destacó que la reducción de la jornada laboral a 40 horas es una iniciativa que impulsa el Ministerio del Trabajo y que a partir de esa gestión «como Ministerio de Agricultura contribuiremos con información de nuestras actividades productivas».

Salas precisó que han sostenido reuniones con gremios del sector lechero «para canalizar sus visiones respecto a este y otros temas, para que éstas puedan abordarse en la mesa técnica que se conformará para realizarla propuesta de proyecto de ley sobre esta materia», especificó.

Fuente: Diario El LLanquihue