La Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU. publicó el 22 de febrero
pasado un borrador de guía sobre el etiquetado de bebidas de origen vegetal,
pudiendo estas utilizar la denominación “leche”.
La propuesta alienta a los fabricantes de bebidas a base de plantas que optan
por usar términos lácteos a revelar voluntariamente sus diferencias nutricionales
con la leche real.
Con todo el respeto que nos merece la FDA, en esta ocasión nos vemos obligados
a dejar clara nuestra más firme discrepancia con este borrador de guía debido a
los siguientes fundamentos:
El Codex Alimentarius de la FAO/OMS establece la legislación a la cual deben
sujetarse los países en el intercambio de productos según lo prescribe la
Organización Mundial de Comercio.
En ese sentido, la Norma General del Codex para el Uso de Términos Lecheros
(CODEX STAN 206-1999) define a la leche como “la secreción mamaria normal
de animales lecheros obtenida mediante uno o más ordeños sin ningún tipo de
adición o extracción, destinada al consumo en forma de leche líquida o a
elaboración ulterior”.
Además la norma general del Codex dice lo siguiente: “Respecto de los productos
que no sean leche, producto lácteo o producto lácteo compuesto, no podrán
utilizarse etiquetas, documentos comerciales, material publicitario ni cualquier
otra forma de propaganda o de presentación en el establecimiento de venta, que
declare, implique o sugiera que dichos productos son leche, un producto lácteo
o un producto lácteo compuesto, o que aluda a uno o más productos del mismo
tipo”.
Sin embargo, proliferan en el mercado de muchos países de las Américas,
productos que pretenden imitar a la leche e indebidamente ser sustitutivos de
ella, siendo que se trata de alimentos de origen vegetal y no animal,
convirtiéndose en productos que confunden, debido a su inapropiada
identificación, al utilizar el término “leche” y emplear imágenes alusivas al sector
lácteo en sus empaques, y muy especialmente no contienen, ni cerca, los aportes
nutricionales de la leche.
La leche es el alimento más completo para el ser humano, contiene Proteínas de
Alto Valor Biológico, diversas Vitaminas y Minerales imprescindibles para la
nutrición Humana, y es la fuente por excelencia del calcio dietario.
La Leche y sus derivados presentan trascendentales bondades para la salud
humana:
Son fuente de nutrientes fundamentales para el crecimiento y desarrollo de
nuestros niños, como Proteínas, Calcio, Cinc, Magnesio, Potasio, Fósforo,
Vitamina D, Vitaminas del Complejo B, entre otros, por lo que son
imprescindibles en el combate a la desnutrición infantil.
Son esenciales para la formación y mantenimiento de los huesos por ser fuente
por excelencia de Calcio, conteniendo también Potasio, Vitamina D, Fósforo y
Magnesio, necesarios para la obtención de una adecuada Salud Ósea.
Presentan una estrecha relación con la prevención y tratamiento de diversas
patologías metabólicas, como las denominadas Enfermedades Crónicas No
Transmisibles-ECNT, como Obesidad, Hipertensión Arterial, Diabetes,
Dislipemias, Síndrome Metabólico y Osteoporosis, así como algunas formas de
cánceres como el de colon y el de mama.
Son alimentos adecuados para lograr una buena rehidratación y reposición de
los depósitos musculares de proteína luego de realizar actividades deportivas,
contribuyen a la prevención de las caries dentales, varios de ellos poseen
características funcionales como fortificadores del sistema inmune,
contrarrestando la acción de las bacterias patógenas y además contribuyen a
normalizar el tránsito intestinal.
El excelente equilibrio de estos nutrientes y sus características funcionales, están
dados gracias a la matriz alimentaria en la que se encuentran: la matriz láctea.
Esta brinda una calidad nutricional y biodisponibilidad de nutrientes necesaria
para una adecuada alimentación, características que no están presentes en las
bebidas de origen vegetal.
Por estas razones la Leche es un alimento insustituible en la alimentación de las
personas, por lo que, permitir denominar “leche” a productos que no lo son ni
tienen los mismos valores nutricionales, genera además de confusión un posible
perjuicio en la salud pública y afecta las recomendaciones de alimentación
saludable establecidas en las guías alimentarias basadas en alimentos (GABA)
de cada país.
El nombre de los productos alimentarios debe servir para informar y no para
confundir o inducir al error, velando de esta manera con la transparencia hacia
el consumidor, proporcionando cada vez más información veraz, concreta y
fiable hacia los consumidores.
FEDERACION PANAMERICANA DE LECHERIA – FEPALE
Marzo 2023