En la búsqueda por encontrar fórmulas para que el ganado se alimente en las praderas de forma sostenible y sustentable en el tiempo, surge esta opción que propone que los animales pastoreen en manadas compactas, como lo harían naturalmente, respetando los ciclos de recuperación de la pastura y del propio terreno.

Escasez hídrica, cambios de temperatura y una producción agropecuaria intensiva llevan a que el suelo vaya perdiendo su condición. Lo grave es que si no se toman medidas, ese suelo dejará de ser productivo y no servirá para criar animales.

Chile no está libre de este problema. En la zona centro sur, advierten los expertos, las praderas están cada vez más débiles y con menores porcentajes de materia seca, lo que lleva a creer que estos terrenos podrían pasar a ser ‘zonas muertas’ dentro de los próximos años.

“En los últimos 10 a 15 años, los niveles de materia seca en las praderas han caído sobre el 60%. Uno de los factores más importantes es el sobrepastoreo que genera ‘costras’ en el terreno, las que impiden que el agua penetre las capas del suelo cuando llueve o se riega, frenando la absorción del agua, prolongando la sequía. Es un círculo vicioso que podría terminar desertificando las zonas más importantes de producción ganadera del país independiente de que llueva mucho o no”, advierte Carlos Díaz, asesor ganadero independiente.

Sin embargo, aparecen alternativas que prometen no solo mantener la calidad, sino que incluso mejorarla y así transformarse en una fórmula que devuelve al medio ambiente su condición.

Una de ellas es la ganadería regenerativa, específicamente el Manejo Holístico, concepto acuñado y desarrollado por Allan Savory, ecologista y ganadero de Zimbabue en los años 60’, y que se aplica en Chile hace más de 10 años.

“Esta metodología plantea que el ganado —de vacas, bueyes, ovejas, corderos, entre otros— pastoree como lo haría naturalmente, en manadas compactas y en ciclos de tiempo controlados, para evitar el sobrepastoreo y la erosión de una zona. Esto ayudará a la recuperación y consolidación de los suelos, aumentando su biodiversidad y rendimiento”, dice Isidora Molina, veterinaria y Educadora en Manejo Holístico de Efecto Manada – La Tonada.

El impacto será no solo mejorar la calidad de la alimentación animal y la condición del suelo, sino que también será beneficioso para el medio ambiente, ya que como plantea Molina, las plantas en mejores condiciones serán capaces de secuestrar más carbono, compensando las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que genera la actividad ganadera.

Planificando el pastoreo holístico

En el pastoreo holístico, al igual que en el rotativo, los animales están en el campo por períodos cortos de tiempo, la diferencia radica en que los tiempos de pastoreo están dados por la recuperación de las plantas perennes y no por la cantidad de pasto disponible, lo que le da un mayor plazo de recuperación a la pastura.

A esto se agrega el hecho de que una vez que el ganado se traslada, se incorporan otros animales o aves al predio.

”El rotativo implica que las vacas van alimentándose en determinados predios. Cuando este se agota, van al siguiente, permitiendo que la zona donde comieron se regenere. En el pastoreo holístico se mantiene este principio, pero añadiendo un control más estricto sobre los animales, además de sumar a las aves, una vez que el ganado se ha alimentado”, explica Díaz.

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Fuente: Revista El Campo – El Mercurio