Con un gran sentido de unidad, y en lo que ha sido denominada los primeros capítulos de la “reacción agropecuaria” frente a las acusaciones sin fundamento de activistas ambientalistas o grupos veganos o vegetarianos que apuntan a la actividad agrícola como una de las principales responsables del calentamiento global por las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), miles de agricultores, sus familias, y representantes de la sociedad civil en Holanda realizaron el mes pasado un masivo e histórico “tractorazo” en la ciudad de La Haya, ciudad sede del gobierno de los Países Bajos, para manifestar su profundo rechazo a ser usados como “chivos expiatorios” de la lucha contra el cambio climático. Consideran que no se actúa de la misma forma, con drásticas medidas gubernamentales que buscan limitar la producción de alimentos, contra otras actividades como la generación de energía, la industria de la aviación o la automotriz.

Si bien a nivel local, observamos algunas manifestaciones de este fenómeno global, pero hasta ahora y acertadamente en otras industrias, no es menos cierto que debemos estar muy atentos y preparados para enfrentar intentos futuros de restringir la producción de alimentos derivadas de limitaciones ambientales. Ya lo advertíamos en la columna anterior, los ataques que hemos recibido de algunos de estos grupos, que amparados por ONG’s internacionales, intentan imponer a toda costa su ideología alimentaria o promover intereses particulares, incluso de índole comercial, levantando críticas infundadas y con muy poco o ningún sustento técnico o científico hacia nuestro sector.

Consientes de que debemos seguir avanzando, como se viene haciendo hace años, en la sustentabilidad de nuestros sistemas productivos y que tenemos que disponer de los argumentos necesarios que funden siempre nuestra posición, como Fedeleche hemos tomado la decisión de dar pie a una nueva iniciativa que nos permitirá medir el balance de carbono en nuestra actividad.

Aunque estamos ciertos que no somos los principales responsables de los GEI, creemos importante al momento de relacionarnos y abordar este tipo de temas con las autoridades, los consumidores y los representantes de la sociedad civil, debemos contar con información robusta y empírica a fin de declarar a la lechería y ganadería nacional como un agente que puede abrir oportunidades relevantes para afrontar este escenario.

Y es que cuando hablamos de las emisiones de carbono, no solo debemos considerar su huella, sino que también el balance, y en este punto, los sistemas pastoriles cobran mucha importancia, porque lejos de contaminar el planeta, estamos evitando una contaminación mayor por exceso de gases, por cuanto a través de los bosques y nuestras praderas logramos capturar en el suelo un alto porcentaje de gases que están en la atmósfera, y de esta manera, conseguimos los equilibrios necesarios.

En otras palabras, queremos demostrar que una ganadería bien manejada es absolutamente necesaria para mantener los equilibrios en los sistemas ecológicos, y en esta necesaria e imprescindible tarea, esperamos el más firme apoyo de nuestras autoridades y del sector en su conjunto. Al menos, desde el Ministerio de Agricultura ya lo percibimos en una primera reunión para tratar este tema.

Por Eduardo Schwerter, presidente de Fedeleche y Agrollanquihue, para revista Infortambo lechería, N° 198, noviembre 2019