«Volver a levantar la producción es más difícil. Vacas y praderas no reaccionan de repente a necesidades del mercado» En las últimas semanas la lechería chilena ha tenido malas noticias. Baja de precio a productor. Las razones de la industria elaboradora no se condicen con el impulso que esta misma ha querido dar a la producción, dado los proyectos que se han planteado para la próxima década. De hecho, si uno analiza las cifras de recepción entre el año 2015 y 2017, la caída en la recepción nacional (según datos de ODEPA) es de casi 40 millones de litros menos. Si nos concentramos sólo en Soprole y Prolesur, la caída en la recepción es de 30 millones de litros para esas empresas (ambas pertenecientes a la neocelandesa Fonterra); esto es un 6% en forma conjunta. No obstante, de las plantas que informan a ODEPA su recepción, Valle Verde, Chilolac y Colun sí crecieron en dicho período (10,9 y 5%, respectivamente). Por otro lado, hasta el año 2015, las importaciones de lácteos rondaban los 350-400 millones de litros equivalentes aproximadamente. El año pasado alcanzó a 830 millones de litros equivalentes, por un valor de 358 millones de dólares (dinero que no quedará en el país). Más allá de lo válido que es que una empresa importe, nos quedan dudas de si dicha leche se vende a un precio superior al que costó producirla. Europa es el principal origen de las importaciones y sabemos que sus costos de producción son superiores. Los productores chilenos han demostrado en otras ocasiones que son capaces de reaccionar positivamente a los buenos estímulos de la industria (precio). El impacto de las decisiones de inversión para crecer se perciben en 3 ó 4 años más. Creo personalmente que la respuesta lógica a la baja del precio será la reducción de costos, para poder marginar y por ende la producción disminuirá rápidamente. Volver a levantar la producción es mucho más difícil, porque las vacas (seres biológicos) y las praderas, (sistemas biológicos), no reaccionan de la noche a la mañana a las necesidades del mercado. De ahí la urgencia de entender que esta es una actividad que requiere de señales de largo plazo. Rodrigo Mardones Barraza. Gerente de Agrollanquihue A.G.