Tras un par de años a la baja, 2019 termina con buenos precios a productor, aunque la recepción se ha visto afectada por la sequía de principios de año en la zona sur, pero luego logró recuperarse a partir de la primavera. Optimismo en el sector para 2020.

El precio para la leche pagado a productor ha aumentado en forma significativa desde febrero de 2019 hasta diciembre de 2019.

Hace exactamente un año, nada hacía presagiar esta nueva realidad.

Por esos días, los gremios lecheros y la industria láctea, en general, esperaban la determinación de la Comisión Nacional de Distorsiones de Precios (CNDP) frente a la investigación que había iniciado a solicitud de Fedeleche para establecer salvaguardias en el precio del queso y las leches en polvo importadas de cualquier origen. El gremio de los productores pedía una salvaguardia de 30% para el queso y 27% para las leches en polvo, porcentajes relevantes pedidos con el fin de evitar una caída en los precios y una crisis de rentabilidad para el sector productor.

Pero como se sabe, en su sesión del 26 de diciembre de 2018, la CNDP rechazó la solicitud de Fedeleche, sin imponer ningún tipo de gravamen a las importaciones de queso y leche en polvo.

De ahí vinieron muchos cambios en los precios a productor y en la producción de leche en Chile.

El mejor en décadas

Durante el año, el precio de leche pagado a productor no solo no disminuyó, sino que además todas las empresas procesadoras lácteas lo han aumentado, tanto para los meses de invierno como para los de primavera-verano.

Según datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura, Odepa, el precio promedio nacional pagado a productor para los meses de junio, julio y agosto pasado fue de $267 por litro, que se compara con $238 para igual período del año anterior.

A su vez, para los meses de septiembre en adelante, lapso en que los valores de la leche caen relativamente por la desaparición de los bonos de invierno, la mayoría de las empresas lácteas aplicaron nuevos aumentos con un rango de entre 8 y 15 pesos.

Según analistas de la industria, el de este invierno corresponde al mayor precio nominal histórico, y más alto en términos reales para los últimos 10 años, solo alcanzando los precios observados en 2013 y 2014.

Cambio de signo

¿Qué factores determinan el actual nivel de precios?

Por un lado, los analistas plantean que los precios internacionales durante este año no explican en su totalidad los aumentos en Chile.

Se destaca que la producción lechera del país es marcadamente deficitaria. De hecho, en 2018 llegó a alrededor de 527 millones de litros, que representan el 22% de la producción total de Chile (Odepa más INE).

Si bien es probable que este déficit disminuya en el año que termina, según las cifras parciales, esto se debería más bien a un estancamiento del consumo, principalmente de quesos, y a la consecuente disminución de las importaciones en el último semestre.

Sin perjuicio de lo anterior, en todos los meses del año la importación supera a la exportación, por lo que no se espera que esta situación estructural cambie al menos en los próximos tres a cuatro años.

Por otro lado, en agosto del próximo año entra en vigencia la nueva Ley de Etiquetado, con sellos de origen país para todos los productos lácteos (Ley N° 21.179), lo que podría generar una nueva presión por leche nacional en vez de importada.

Guerra de precios

“Uno de los factores más relevantes que han presionado la recuperación de los precios ha sido la decisión de la empresa Prolesur —filial de la neozelandesa Fonterra— que, luego de perder casi 25% de su recepción de leche en la temporada 2018 producto de una inusual estrategia de compra de leche con ajuste de precios a la baja a fines del verano 2018, a partir de comienzos de la actual temporada comenzó a subir sostenidamente sus precios con el fin de reencantar a los productores para recuperar un abastecimiento normal de materia prima. Esta señal de mercado fue acompañada de un cambio en la gerencia general y de un vuelco radical en su estrategia de compra de leche al abandonar el incentivo a la producción estacional —para volver a incentivar la producción pareja durante el año, enfocada en el mercado interno— y el pago de la leche en función de los sólidos que había implementado la administración anterior”, señala José Luis Delgado, director ejecutivo de Aproval.

La estrategia de recuperación de proveedores provocó la reacción de las empresas de la competencia, que ajustaron sus pautas de pago a la par con las nuevas condiciones, lo que obligó a Prolesur a implementar varios cambios al alza en sus pautas de pago para captar más leche, aunque todavía no recupera sus niveles históricos.

Menos pasto

La producción lechera nacional, independientemente del nivel de precios, tuvo un efecto climático severo en la zona sur, principalmente en las regiones de Los Ríos y de Los Lagos, a raíz de la sequía —falta de precipitaciones entre enero y abril de 2019—, en que las tasas de crecimiento de la producción de leche respecto de iguales meses del año anterior fueron decrecientes primero y negativas después, entre febrero y agosto de 2019, producto del menor forraje disponible para la alimentación del ganado.

A su vez, en la zona centro norte, a pesar de haber sequía, los modelos productivos de leche en sistema estabulado tienen menos dependencia directa, en el corto plazo, de condiciones climáticas, sin perjuicio que sí las afectan en el mediano y largo plazo.

Este cuadro del efecto de la sequía en la zona sur cambió de tendencia desde octubre, por lo que se esperan crecimientos positivos para noviembre y diciembre en todo Chile. Por ello serán fundamentales en la zona sur las precipitaciones de primavera-verano, las que, de ser normales, producirían fuertes crecimientos de la producción de leche sobre los mismos meses del año anterior afectados por la sequía. Sin embargo, su crecimiento sería moderado respecto del año antepasado, en el que no hubo sequía.

“En este contexto de menor producción, la Región de Los Lagos ha mostrado durante el año el mayor impacto, especialmente en el período invernal abril-julio, donde la producción cayó entre el 13% y 10%. No hay precisión respecto de las causas de esta brusca caída, pero algunas hipótesis pueden ir por la menor superficie de praderas bajo riego en comparación con la vecina Región de Los Ríos, y por lo tanto, más vulnerabilidad frente a la sequía; y salida de productores del negocio”, señala José Luis Delgado, de Aproval.

En tanto, el análisis de Aproval indica que los crecimientos en recepción de regiones como la Metropolitana y La Araucanía son relativos, ya que hay una parte importante que se produce en otras zonas del país. Por ejemplo, Soprole recibe en Santiago leche que se produce en el Biobío y Surlat recibe en su fábrica de La Araucanía más del 40% de su leche proveniente de Los Ríos y Los Lagos. Con todo, los datos de Odepa dan cuenta de que si se considera el origen real de la producción, en octubre, desde La Araucanía al norte se produjo el 15% de la leche, en Los Ríos el 30% y en Los Lagos el 55%.

Mejor horizonte

“Ha sido un buen año. Ha habido un cambio en la forma de enfrentar el negocio lechero. Como había ido disminuyendo la leche, las empresas tuvieron que pujar por leche, por tanto los precios han ido subiendo sistemáticamente. Las condiciones de producción en el sur, donde se produce cerca del 80% de la leche del país, han sido bastante favorables, con un buen invierno y una buena primavera y tenemos en este momento todavía un buen clima. Entonces, todo eso daría para suponer que el 2020 viene bueno”, dice Marcos Winkler, presidente de Aproleche Osorno.

Winkler advierte que la recuperación no se ha reflejado aún, porque es un proceso lento, sobre todo en el tema lechero, que es de procesos largos.

“Recién se está empezando a ver un poco de recuperación en la producción, por eso lo más probable es que el próximo año venga con un alza importante”, agrega el dirigente.

Al buen momento se agrega que el precio del dólar fomenta la exportación, y sacar más leche del país es un objetivo de Aproleche. Además, la entrada en vigencia el 1 de septiembre del próximo año de la Ley de Etiquetado, que deberá indicar la procedencia del producto, también cree afectará la importación.

Para Winkler, detrás de estos buenos tiempos hay toda una cadena de hechos que los están afirmando.

“Toda la industria ha cambiado su estrategia: cambiaron sus pautas de cómo pagan la leche con precios al alza, con incentivos a la producción, ha habido movilidad de productores, pero muy importante han sido los distintos modelos asociativos que se han ido impulsando, los que han hecho que surjan nuevas ideas y se generen negocios nuevos, que hacen que la industria mayor tenga que cumplir con sus niveles de producción y, por tanto, necesitan comprar más. Es decir, una cadena súper interesante que se está afirmando”, señala Winkler.

Aunque considera que esto no va a ser eterno, sí concluye que se está iniciando un ciclo positivo.

“El directorio de Aproleche tiene un espíritu de trabajo conjunto. Eso ha dado tremendos frutos. Hemos trabajado fuertemente unidos con los distintos gremios, sistemas productivos y la industria. Eso hace que todo sume. Nuestro objetivo es que se reconozca que Chile tiene la mejor leche del mundo y hay que sacarla a los mercados que la quieran consumir, ya sea en Chile o en el extranjero. Y que sea considerada premium, porque es producida en condiciones sustentables y sin contaminación”, señala.

-2% registra la producción de leche en el país entre enero y octubre de 2019, con 1.670 millones de litros

$267 fue el precio promedio promedio pagado a productor entre junio y agosto. Después aumentó entre 8 y 15 pesos.

Mejores perspectivas

“A octubre la producción nacional de leche va 2% abajo y es posible que el año cierre en torno a 1,5% de caída. Pero con los actuales precios y un verano razonable la producción debería repuntar en 2020. La primavera ha venido bien y con buena cosecha de forraje de reserva”, señala José Luis Delgado de Aproval.

 

Fuente: Revista del Campo, El Mercurio